viernes, 3 de septiembre de 2010

PROGRESIÓN DE LOS ÁNGULOS

PROGRESIÓN DE LOS ÁNGULOS

Además de la progresión de los planetas, que nosotros confiamos han sido suficientemente explicados, debemos notar también un movimiento similar hacia adelante de las casas; pero esto debe ser calculado por el mismo método que empleamos para erigir una figura natal, salvo cuando usamos la Hora Sideral para el día que corresponde al año para el cual nosotros deseamos progresar el horóscopo. En relación con el horóscopo del hombre que acabamos de estudiar, el año crítico fue el de 1918, que corresponde al día 28 de mayo de las efemérides para el año 1884. Debemos tener en cuenta que el nacimiento ocurrió a las 2 P. M. Hora Local Exacta, a los 42 grados de longitud Norte y a los 95 grados de longitud Oeste, porque estos factores están empleados para colocar los grados en las casas, precisamente, como en el horóscopo natal; el único cambio es el uso de la Hora Sideral del día del nacimiento progresado.
Hora Sideral del mediodía previo al día de nacimiento progresado, 1918 (veáse esfemérides para el año 1884, 28 de mayo) 4 25 0 Corrección de 10 segundos por cada 15 grados del lugar de nacimiento 
que está al Oeste de Greenwich ............................................................ 0 1 3
Intervalo desde el mediodía anterior a la hora del nacimiento .... 2 0 0
Corrección de 10 segundo por cada por cada hora de intervalo ... 0 0 20
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Hora Sideral Progresada .................................................................... 6 26 23
Con esta Hora Sideral vamos a buscar a las Tablas de Casas, correspondientes a la latitud del lugar del nacimiento, y formamos un horóscopo con las doce casas de la manera corriente; además, podemos insertar los lugares de los planetas del cálculo ajustado de la fecha para el año 1918, y entonces tendremos un horóscopo completo distinto para aquel año que podemos comparar con el mapa natal. Algunos astrólogos usan este método, pero nosotros aconsejamos otro, el cual pensamos que facilita la comparación y el juicio de los aspectos entre las posiciones de los planetas del mapa natal y del horóscopo progresado en un grado mucho más preciso e incomparable que el que se consigue con el otro sistema, cuyo método está ilustrado en las distintas figuras usadas en este libro.
Nosotros escribimos el mapa natal en tinta, puesto que éste es inmutable durante la vida; también trazamos un círculo mayor externamente para contener la posición de los planetas progresados. Éstos y las casas los escribimos en sus propios lugares, pero someramente y con lapicero, de modo que puedan ser borrados fácilmente en el horóscopo erigido para, otro año sin necesidad de volver a escribir el horóscopo natal.
Pero no importa el modo en que estén colocados, pues dos horóscopos cubiertos con las 24 casas, 18 planetas, una pareja de Cabezas de Dragón, cada una con su “Cola” respectiva y dos Partes de la Fortuna, forman un todo amazacotado e indescifrable, y si se añade toda la galaxia planetaria de aspectos que incluye el de quincuncio o el de sesquicuadratura y otras palabras altisonantes sin sentido, el astrólogo seguramente se perderá en tal laberinto matemático y será incapaz de leer una sola sílaba del mensaje de las estrellas. Durante el primer año de su estudio astrológico, uno de los autores que originalmente era de naturaleza matemática, tenía el hábito de hacer horóscopos y Tablas de los Aspectos tan atrevida y maravillosamente que puede decirse batió el proverbial “jeroglífico chino”; sus trabajos eran verdaderamente “nudos gordianos” y el destino del ser humano estaba tan enmarañado en tales mapas que ni el autor que había hecho tal abominación ni ningún otro cualquiera podía ni aún tener la esperanza de desenmarañar el destino de aquella pobre alma. Pero puede perdonársele; ahora ha enmendado sus procedimientos y actualmente es precisamente tan celoso para eliminar todos los requisitos que no sean esenciales de los horóscopos que levanta, como antes lo era para complicarlos, y, por lo tanto, habiendo estado enredado en la maraña de las matemáticas, su propia experiencia puede servir al estudiante de buena experiencia. Nuestras mentes, en el mejor de los casos, son solamente instrumente débiles para profundizar el destino y seguramente tendremos la mayor probabilidad de éxito aplicando nuestra ciencia a los factores importantes, además de que éstos son generalmente los más simples.
Si el estudiante asiente con nosotros a esto, podemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Cuáles son los puntos esenciales y cuáles son los que se pueden eliminar con ventaja para simplificar el horóscopo progresado de elementos inútiles y confundibles?
Primero: Con respecto a las casas progresadas, solamente dos puntos vitales producen resultados cuando están en aspectos: el Mediocielo, que es espiritual por naturaleza, y el Ascendente, que es el índice de los asuntos materiales. Nosotros trataremos posteriormente esta cuestión y por el presente nos limitaremos al argumento que facilitará el juicio del horóscopo progresado, si dejamos a un lado las 10 cúspides secundarias y trazamos dos líneas gruesas con lapicero para marcar el Mediocielo y el Ascendente progresados.
En segundo lugar, el estudiante puede convencerse a sí mismo fácilmente mirando a través de las columnas de cualquier efemérides, de que la moción de Neptuno, Urano, Saturno y Júpiter durante los dos meses que representan la progresión para una vida de 60 años, es tan lenta que forman raramente un aspecto que no esté registrado en el horóscopo natal. En casos raros, cuando forman un aspecto importante éste es fácilmente visto y el planeta entonces debe ser registrado en el círculo externo del horóscopo progresado, pero en la mayoría de los casos es mejor el dejar a un lado estos planetas y registrar solamente las posiciones progresadas del Sol, la Luna, Marte, Venus y Mercurio.
Para concluir con el procedimiento de nuestro método de progresión, debemos mencionar dos puntos importantes: el Mediocielo a una Hora Sideral dada es el mismo para todas las latitudes, de modo que dos niños nacidos a la misma Hora Sideral tendrían el mismo signo y grado en el Mediocielo; pero si uno hubiera nacido en Alaska y el otro en México, el Ascendente variaría mucho y cambiaría la agrupación de los planetas en las casas muy considerablemente, con el resultado ulterior de que los planetas que influyeran en los asuntos de la primera casa en un horóscopo afectarían las materias de la casa duodécima del otro, etc., y, como consecuencia, las vidas de estos dos seres serían muy diferentes.
El mismo argumento se aplica al horóscopo progresado de una persona que marche de Norte a Sur de su lugar de nacimiento. Su Mediocielo progresado permanece inmutable, pero recibe las fuerzas de una figura ascendente distinta con arreglo a la latitud donde resida, y la agrupación de los planetas relativa al Ascendente progresado varía en consecuencia. Como ejemplo podemos citar que ambos autores de este trabajo han dejado su lugar de nacimiento; uno ha viajado 2.000 millas al Oeste, pero está muy cercano a la misma latitud de su punto de nacimiento, de aquí que tanto el Mediocielo como el Ascendente sean iguales a como serían si él hubiera permanecido en su ciudad natal.
El otro autor nació en los 56 grados de latitud Norte y ahora reside en los 32 grados del mismo hemisferio. Si él hubiera permanecido en aquel punto septentrional tan lejano, su Ascendente progresado se hallaría en el año 1912 en los 6 grados de Virgo exactamente, en conjunción con el lugar de Marte a su nacimiento; pero el Ascendente de su nueva residencia se halla ahora en los 0 grados de Virgo, y en esta latitud no sentirá el efecto del rayo de Marte durante una serie de años.
El otro punto importante que debemos tener en cuenta es la necesidad de ser muy claros con respecto al año que nosotros progresamos. Acaso una persona nos dice que un acontecimiento determinado ya ocurrió cuando tenía 26 años de edad y otro a los 50 años. Tales informes son ambiguos y no nos dan unas bases de trabajo seguras. El astrólogo en tal caso tendrá que ir a su casa y realizar una cantidad de trabajo inmenso, inútil, debido a que pensó que su interlocutor quería decir que un acontecimiento le ocurrió cuando estaba entre los 26 y 27 años de edad y una consulta posterior revela que quiso decir el año correspondiente entre los 25 y 26. Precísese, pues, con absoluta claridad el año 1850, 1900 o cualquiera que sea, pero nunca se acepte la edad que diga la persona como un punto de partida.
Por la misma razón, nunca prediga que un suceso ocurrirá cuando una persona tenga esta edad o la otra, que también es ambiguo y no satisface. Dése el mes y el año; nunca se rodee, nunca se prediga nada de lo cual se esté en dudas; cuando el astrólogo está satisfecho de su estudio la predicción está justificada; háblese sin miedo pero con tacto; créase en las estrellas y las estrellas justificarán plenamente la fe que en ellas pongamos.

del libro "El Mensaje de las Estrellas" 
de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel

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